Sistemas de calefacción y eficiencia energética

Con la llegada del invierno y el aumento considerable de nuestra factura eléctrica volvemos a preguntarnos qué podemos hacer para conseguir un mayor ahorro energético y qué sistemas de calefacción son los más adecuados. Las calefacciones utilizadas en los hogares de nuestro país representan cerca de la mitad de todo el gasto energético consumido en nuestras viviendas, lo que desde luego no dice nada a favor de la eficiencia de los sistemas calefactores utilizados, a pesar de ser una mayoría las que utilizan calefacción de gas.

Una de las consideraciones previas a la eleccions del tipo de calefacción es comprobar que nuestra vivienda dispone de un buen aislamiento, que impida la entrada del frío aire invernal. Como hemos dicho en otras ocasiones, esto se consigue en buena parte eligiendo unas buenas ventanas y cerramientos. Si nos decidimos por las ventanas de aluminio, lo aconsejable y casi obligatorio es escojer un sistema con rotura de puente térmico y, dentro de nuestras posibilidades, un perfil que, junto con un buen vidrio, ofrezca los niveles más bajos de transmitancia térmica. Una vez tengamos esta base podemos pasar a plantearnos que sistema de calefacción puede ser el más eficiente tanto mediambiental como económicamente.

 

Según trabajos realizados por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de la Universidad Carlos III de Madrid, un sistema de energía solar térmica podría reducir en un 30% la producción de gases de efecto invernadero que se producen al generar la energía que consumimos en calefacción. Dicho estudio explica que con una instalación solar térmica de 40 m2 se podría cubrir el 65% de la demanda energética de una vivienda media española en concepto de calefacción y refrigeración. El uso de paneles solares térmicos como fuente de energía se hace especialmente aconsejable en países como España, por su rendimiento a lo largo de todo el año.

Por otro lado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja la calefacción con gas. Si tiene suministro de gas canalizado, lo ideal sería que contara con una caldera mixta de gas propano o gas natural con sus correspondientes radiadores de agua. La mejor opción es una caldera de condensación, que tiene un rendimiento del 18% superior a las convencionales. El sobrecoste de este equipo, unos 500 euros más, lo amortizará en pocos años.

 

Aire acondicionado: Su consumo energético varía según el modelo, siendo los más eficientes los de tecnología inverter. Pero no se recomienda en zonas de mucho frío, si no se dispone de otro sistema complementario. Además resecan el ambiente, por lo que no resultan saludables para un uso permanente.

 

Emisores térmicos o “calor azul”: tienen un consumo menor que los radiadores convencionales pero su elevado coste no compensa el porcentaje de ahorro energético.

Chimeneas abiertas: son las menos eficientes ya que no sólo no calientan de forma uniforme, sino que el gasto en leña es muy importante, consume oxígeno y provoca un enfriamiento en el resto de estancias si no se deja una entrada de aire exterior.

Chimeneas cerradas: las hay empotradas y de exterior, son más eficiente que las de tipo abierto ya que se puede controlar mejor la combustión. En su mayoría llevan ventilador forzado, salvo las conocidas por chimeneas sin obra o salamandras.

 

 

Estufas de pelet o biomasa, son más eficientes que las anteriores consumen tres veces menos leña que las chimeneas cerradas por lo que el combustible es más económico. Son totalmente automáticas en lo que es encendido y gestión del combustible, programables incluso opcionalmente controladas desde un teléfono móvil. No deja hollín como las chimeneas sino una ceniza utilizable como abono. El combustible, pelet de madera, se suele suministrar en sacos de 15kg (equivalente a 45 kg de leña) lo que hace que sea mas cómodo y económico que la leña y de fácil apilamiento.

Radiadores eléctricos, son prácticos y de fácil instalación pero caros en el gasto de energía. Ideal para calefaccionar una estancia durante pocas horas al día, pero demasiado caros si se pretende calefaccionar una vivienda. El gasto energético es de los más elevados.

Radiadores de agua, nos permite calefaccionar muchas estancias y son más económicos que los eléctricos aunque en contrapartida requieren mano de obra especializada, lo que los hace más caros contando el circuito de agua necesario. Este tipo de calefacción, desde un punto sanitario, es más limpia que las chimeneas pero menos que el suelo radiante.

Suelo o losa radiante, es el sistema más efectivo y de menor consumo. Se debe instalar de obra o en reformas de consideración, por lo que resulta bastante costosa. Es un sistema muy confortable y bastante saludable ya que no produce movimiento del aire. Aunque también existen contraindicaciones, principalment en personas que padecen varices o problemas circulatorios.

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